AYUDANDO A NUESTRO PERRO A QUEDARSE SOLO

cachorro jugando en el interior

Paso 1: Deja abierta la bolsa de croquetas. Fin.

Esperamos que para este punto nos conozcan lo suficiente para saber que de vez en cuando vamos a sacar un chiste malo.

 

En otra nota descubrimos por qué es que nuestro perro se siente así cuando nos vamos, además qué herramientas nos ayudarían para que nuestro perro la pase bien cuando por motivos de fuerza mayor se tuvo que quedar solito en casa. En esta ocasión vamos a hablar de las técnicas que ayudarán a que nuestro perro diga cuando volvamos  “¿Cuándo te fuiste?”.

 

perro acostado en el sillón

Empecemos desde jóvenes:
Puede sonar un poco cruel hacerlo desde que son cachorros —y seamos sinceros, también se nos apachurrará el corazón por hacerlo— pero es importante que desde pequeño se acostumbre a no depender demasiado de nosotros. Lo que podemos es hacer es cambiar de cuarto mientras lo dejamos en su cama con sus juguetes y agua. Empezamos haciéndolo durante unos minutos y vamos aumentando gradualmente. Debemos ser fuertes en caso de que llegue a nuestra puerta llorando o ladrando. Cuando escuchemos que está callado entonces sí podemos salir y podemos felicitarlo un poco. Poco a poco iremos incorporando salidas de la casa bajo este mismo esquema.

 

perro sentado en el sillón

 

Un adiós = un premio: Es buena idea darle algún premio o comida dentro de un juguete de acertijo como los Kongs cuando salgamos y no cuando lleguemos a casa. Esto le ayudará a reforzar el sentimiento de que cuando nos estamos alistando para irnos en realidad llegará algo bueno  y no algo malo.

 


La actividad física es esencial:
Este es un concepto muy sencillo que implica que mientras más cansado esté un perro, menos probable es que se aburra cuando esté solo y que no encuentres uno de los muros de tu casa siendo víctima de un menú de degustación.

 

perro jugando con su dueño

Sigamos una rutina: 
Esto no se refiere solamente al hecho de que estos ejercicios los hagamos siempre a la misma hora. Sino una rutina en hora de comida, de paseos y de juego. Al tener una mejor idea de cuándo suceden las cosas, ayudaremos a disminuir la ansiedad y aumentar la calma en nuestro perro.

 


Paseadora profesional (o amateur): 
Tal vez un día completo fuera de la oficina sea demasiado para nuestro perro y quizás necesite un break para salir al baño y hacer un poco de ejercicio, por lo que es buena idea considerar un paseador de perros que se dedique a eso y pueda pasar por él mientras nosotros no estemos, o bien algún conocido que nos quiera echar la patita”.

 

dueño paseando a perros

Guardería de perros: 
Si el presupuesto nos lo permite ésta es una gran opción para que no se quede solo. En una guardería convivirá con más perros, jugando y estando bajo monitoreo de profesionales. Si la cartera no nos permite que sea toda la semana, al menos podemos considerarlo 1 o 2 días por semana. Si se pregunten cómo elegir una guardería ¡están de suerte! Porque justo tenemos una nota que habla al respecto.

 

Con planeación y paciencia nuestro perro va a empezar a sentirse cómodo con estos períodos en los que se quedará sólo. Tratemos de comunicar calma en nuestra voz y comportamiento para que esta seguridad se transmita al perro y así los dos podemos relajarnos con las separaciones rutinarias e inesperadas.