LA HISTORIA DE LA DOMESTICACIÓN DE LOS GATOS

gato negro

Cuando pensamos en la domesticación de los gatos una parte de nosotros se queda pensando “¡Ja! ¿En verdad están domesticados?” y nos referimos al hecho de que los gatos, en general, bien pueden vivir sin nosotros sin mucho problema y a veces hasta parece que nos hacen el favor de permitirnos acercar a ellos.

 

Gato blanco

 

Lo más increíble es que investigando un poco al respecto nos encontramos que los gatos tuvieron un proceso de domesticación muy a lo gato: ellos mismos se domesticaron.

 

Sabíamos que no podía ser de otra forma, al menos eso dice National Geographic.

 

Nuestra historia con los gatos empezó hace unos 8,000 años, o sea casi 100 veces lo que esperó la señora de Titanic. Primero los ratones fueron atraídos por las cosechas y otros productos relacionados a los humanos y de allí los siguieron los gatos. Hubo un beneficio propio porque los asentamientos humanos les concentraban a la comida (ratones) y ellos nos ayudaban a deshacerse de estos mismos.

 

Esto sucedió en Europa y Asia, en Egipto las cosas eran un poco distintas.

 

Los primos egipcios de los gatos europeos y asiáticos al parecer eran más dóciles y sociables y por eso empezó a haber química entre humanos y gatos, hace unos 3,500 años.

 

Los primeros vestigios del cambio en gatos domesticados fue el atigrado y manchado que adoptaron algunos gatos durante la Edad Media. La reproducción selectiva no se dio hasta el siglo XIX, por lo que la diversificación de los gatos es relativamente reciente, teniendo en cuenta que la relación con esta especie es, literalmente, milenaria.

 

Una de las características curiosas de los gatos domesticados es que en realidad siguen siendo bastante parecidos a los gatos salvajes. Con la única diferencia de que se han vuelto tolerantes de humanos y otros gatos. Ojo que no dijimos que se volvieran mejores amigos y compañeros, sólo que toleran humanos y gatos, y no lo decimos nosotros, sino Nat-Geo.

 

Algo interesante es lo que comparte Eva-Maria Geigl, una genetista evolucionaria, es que a diferencia de lo que pasó con los perros, a los gatos no se les cambió la conducta por medio de reproducción selectiva, por lo que podemos decir que el gato ya era perfecto desde que se cruzó en el camino de la historia con los humanos.  

 

gato negro

 

Así que lo cool de convivir con gatos es que prácticamente estamos recibiendo la versión salvaje, natural y sin modificar de hace unos 10,000 años. Los gatos son como pequeñas ventanas al pasado, donde ellos mismos modificaron mínimamente (mininamente) su comportamiento para un beneficio mutuo con nosotros.

 

Por eso y muchas cosas más ven a mi casa esta Navidad es que los gatos son un misterio y tan atractivos al mismo tiempo.