Leo Tolstoy
Si un hombre aspira a llevar una vida correcta, su primer acto de abstinencia es de dañar a animales
Si un hombre aspira a llevar una vida correcta, su primer acto de abstinencia es de dañar a animales
Dios hizo el gato para ofrecer al hombre el placer de acariciar un tigre
Para mi mente, la vida de un cordero no es menos preciada que la de un ser humano
Es increíble y vergonzoso que ni predicadores ni moralistas eleven más su voz contra los abusos hacia los animales