TERAPIA PSICOLÓGICA PARA PERROS, ¿DE QUÉ SE TRATA?
Muchas personas podrían pensar “qué ridículo, un perro yendo al psicólogo”, pero debemos tomar en cuenta que la terapia para perros no es igual que una terapia para humanos. No es un perro acostado en un diván y contando todos sus problemas en una sesión de una hora.
Los perros no sólo necesitan alimento, agua o refugio, sino también amor, compañía o relación con otros perros para ser felices y estar equilibrados. La terapia para perros consiste en tratar ciertos problemas de comportamiento en perros problemáticos.
Muchas veces pensamos que cualquier problema de comportamiento puede solucionarse con un simple adiestramiento, pero la realidad es que en ocasiones los perros también llegan a vivir circunstancias hostiles o traumáticas que pueden derivar en problemas de comportamiento que los dueños no saben cómo solucionar. Es ahí cuando un perro necesita ir a terapia, para que un experto realice un diagnóstico y un tratamiento adecuado para solucionar esa problemática.
Un perro puede estar muy bien educado y entrenado, pero que hay momentos que pueden detonar ciertos comportamientos o reacciones inusuales en donde los dueños no sepan cómo abordar ese problema.
Los etólogos y los psicólogos caninos son quienes atienden cualquier problema psicológico en los perros. Ellos son quienes se encargan de solucionar cualquier problema de conducta derivado de algún trauma.
Pero, ¿cómo puedo darme cuenta si es falta de adiestramiento, por cuestiones de obediencia, o se trata de un trauma? En el primer caso, el adiestrador puede ayudar en ciertas cuestiones, como por ejemplo, enseñar al perro a pasear con la correa de manera correcta; por otro lado, el psicólogo puede ayudar al perro cuando padece ansiedad por separación, debido a que ha vivido un abandono anteriormente.
Algunos de los comportamientos que necesitan atención psicológica para corregir el comportamiento de tu perro, pueden ser: agresividad por miedo, agresividad entre perros o hacia humanos, miedos a personas o animales, destructividad, ansiedad por separación, conductas compulsivas, trastornos alimenticios, entre muchas otras.
Normalmente cuando un perro tiene problemas psicológicos, sufre cambios notables en su comportamiento como: inapetencia, conductas destructivas o hacer movimientos repetitivos. Frente a estos síntomas hay que acudir, cuanto antes, al veterinario.
